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Secretos de Oriente: Té verde

 

                                                                                                      Lic. Ana Laura Ortalli

Departamento de Química Biológica

FCEN-UBA

El té verde es una de las bebidas más consumidas en el mundo y es la infusión más popular en Asia. En los países occidentales, por el contrario, es poco común y, para algunas personas, desconocido. Sin embargo no es algo tan exótico.

 

De este lado del planeta todos conocen el té negro y en muchos países se cultiva la planta de la cual se extrae: la Camellia sinensis. ¿Qué se cultiva en Asia? Lo mismo. La diferencia está en el tratamiento que se le da a las hojas una vez cosechadas. En occidente se dejan fermentar, de esta forma actúan enzimas propias de las hojas como la polifenol oxidasa, la cual oxida catequinas y taninos dando al té el típico color marrón rojizo y su inconfundible sabor. En los países asiáticos, en cambio, las hojas son cocidas al vapor. Así las enzimas se inactivan y los polifenoles se preservan.

 

Desde el año 3000 antes de Cristo, los chinos consumen té verde para mantener la salud y promover la longevidad. Pero recién en el siglo pasado la medicina occidental descubrió una interesante correlación entre el consumo de té verde y la protección contra ciertos tipos de cáncer.

Así comenzaron los estudios sobre composición química, toxicidad, farmacocinética y biodisponibilidad, sus efectos biológicos in vitro, en células y tejidos aislados, en animales y en humanos.

 

Entre los polifenoles mayoritarios del té verde se encuentran las catequinas (o flavonoles) como EC (epicatequina), ECG (epicatequina-gallato), EGC (epigallocatequina) y EGCG (epigallocatequina-3-gallato).

El EGCG resulta de particular interés por sus propiedades antioxidantes, antiaterogénicas y anticarcinogénicas (propiedades íntimamente relacionadas entre sí). Por estas razones los estudios comenzaron a centrarse sobre esta sustancia, su metabolismo y sus mecanismos de acción.

 

El EGCG es parcialmente asimilable, su vida media de eliminación es de 5 horas y la adición de leche no disminuye su biodisponibilidad. En la sangre se encuentra principalmente en la fracción proteica y también asociado a las lipoproteínas de alta densidad o HDL. En cuanto a sus propiedades biológicas se descubrieron los siguientes efectos:

Efecto hipolipidémico: Reduce la absorción del colesterol de la dieta y la reabsorción de ácidos biliares.

Efecto antitrombótico: El EGCG inhibe la agregación plaquetaria. Pero a la vez, la vitamina K presente en el té promueve el estado procoagulante.

Efecto antioxidante: Reduce el daño del ADN inducido por peroxinitritos, radicales libres, cromo VI y radiación UV-B. De esta forma disminuye mutaciones y efectos genotóxicos, que pueden transformar las células y provocar tumores.

Efecto antiproliferativo: Inhibe la acción de las enzimas con actividad de tirosina quinasa. Así inhibe receptores de hormonas de crecimiento y detiene la transducción de señales intracelulares. No sólo puede frenar la proliferación de algunas células tumorales sino también la respuesta angiogénica que suelen desatar los tumores como vía de escape e invasión al resto del cuerpo.

 

En Japón algunas personas consumen más de diez tazas de té verde al día. Considerando que cada taza equivale a un volumen de 200 ml, estas personas consumen alrededor de un gramo de EGCG diario. La dosis máxima recomendada es de 500 mg de polifenoles de tres a cuatro veces por día (1,5 a 2 gramos diarios).

Para aprovechar al máximo los beneficios del té negro es necesario dejarlo durante cinco minutos en el agua caliente antes de servir, esto le da el tiempo suficiente a las hojas para liberar todos los antioxidantes, inclusive el EGCG.

 

A pesar de los beneficios observados en la población asiática, no se conocen los efectos del té verde en las distintas poblaciones occidentales dado que los estilos de vida son muy diferentes.

Si bien todos podríamos disfrutar del té verde como de cualquier otra infusión, no está recomendado su consumo por parte de mujeres embarazadas y niños en crecimiento.

Además de los efectos antiproliferativos ya mencionados, que podrían ser teratogénicos durante la gestación, también se deben tener en cuenta su contenido de cafeína (si bien es tres veces menor al del café) y su capacidad de inhibir la absorción de hierro, dada por los polifenoles.

Aún así, el EGCG resulta una sustancia interesante y útil de la cual queda mucho por descubrir. En comparación con otros fármacos con propiedades similares, tiene la ventaja de ser natural, accesible y económico.

         Tomar té verde para preservar la salud es una tradición que ha perdurado por miles de años y dista mucho de ser un cuento chino.

 

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